¡Hágase!

Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

A veces, me sorprendo a mí mismo juzgando. Las cosas que veo, con frecuencia, entran en la inmediatez de mis juicios, de mis afanes y de mi incapacidad de aceptar que las cosas ocurran como están sucediendo y que los tiempos sean diferentes a los que calculo. Como consecuencia de lo anterior, me veo agotado, desanimado, sin fuerzas para seguir luchando, caminando en la oscuridad del alma. En estas luchas espirituales hay muchos a mi lado, no estoy solo, también hay otras personas enfrentando procesos similares Cuando el alma entra en ese estado de desaliento, el alma se pregunta: ¿a qué vine a este mundo? Cuando alzamos los ojos al cielo y preguntamos: ¿qué propósito tiene nuestra existencia, ¿qué hacemos aquí?, ¿a qué sirve tanto esfuerzo y fatiga? El cielo nos responde, y lo hace de la siguiente manera: “Venimos a la tierra a procesar las emociones, lo que nos permitirá vivir todo. Venimos a la tierra a vivir todo, a integrar cada una de las partes de lo dual. Existen cosas más agradables que otras. ¿Por qué se nos enseña que sufrir es malo? ¿Por qué algunos insisten en qué sufrir es bueno? ¿Por qué algunos nos dicen que si queremos alcanzar la plenitud debemos sufrir primero? Nada de eso, responde el univers Normalmente, llamamos buenas a las cosas que hemos podido superar y malas a las que no hemos podido resolver. En realidad, el sufrimiento es la expresión de lo que no hemos soltado o, resuelto. La gran lección que la vida nos ofrece continuamente es ésta: cuando aceptamos vivir los dos polos de toda realidad podemos fluir. Todo esta dentro de la unidad. Cuando aceptamos vivir lo que está siendo propuesto, sea lo que sea, podemos cambiar el rumbo de la experiencia. Mientras estemos luchando, creyendo que la realidad solo consta de una polaridad, las cosas siguen estando igual. Cuando no s puede cambiar el rumbo de algo, aceptar el dolor que trae consigo, nos ayuda a vivir. La invitación es la siguiente: “sea lo que sea que te esté siendo propuesto, acéptalo. Vive. Siente hasta el final. Llora si es necesario. Sólo así estarás preparado para dar por concluido el asunto y continuar el camino”. ¿Qué es un proceso espiritual? ¿Qué es hacer un proceso? Para los anteriores interrogantes encontré la siguiente respuesta: hacer un proceso espiritual es dejarse diluir en las aguas. La dilución es una dirección poderosa del alma. El alma se diluye en el Universo. Se diluye en la energía. Y esa dilución en el todo es lo que hace que el alma sea parte del todo, parte del Universo. Es en ese diluir que vive el secreto de la comunión. La dilución nos revela que no somos materia sino energía y como tal estamos destinados a fluir, en lugar de condensarnos.   Diluir es dejar que cada cosa ocurra cuando tiene que ocurrir. Es saber que todo en el Universo tiene un tiempo propicio, y que las personas no deberíamos bloquear lo que está por ocurrir. Solo cuando procesamos nuestras emociones estamos preparados para vivir. Nunca es conveniente bloquear el dolor. A medida que, vamos procesando nuestras emociones nos vamos  habituando a la idea de que la vida trae emociones alegres y tristes. Cuando no aceptamos el proceso de la vida, cuando no nos diluimos entonces, nos enfadamos, nos quedamos con rabia, culpamos a los demás, nos endurecemos, y continuamos la vida con un nudo en el pecho, provocado por las emociones que se negaron a ser aceptadas.  No es necesario aceptar el hecho de que nos hagan mal, pero es necesario aceptar vivir la emoción que ese acontecimiento trae. Solo así, vamos viviendo, día tras día, aceptando sentir, aceptando vivir, diluyéndonos.

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