La alegría tiene su fuente en Dios
Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

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Cada día encuentro personas que en su interior guardan ira o enojo. De ahí, nacen pensamientos autodestructivos que roban la Paz del alma y nos ponen a resonar con aquello que resulta semejante a la causa inicial del malestar interior. Mientras sigamos custodiando el enojo atraeremos del mundo exterior lo que nos mantenga enojados. Los recuerdos de las experiencias que han resultado traumáticos son los encargados de mantener vivo el enojo. La resistencia al dolor, al reconocimiento de lo qué pasó y el afán de proteger a otros, especialmente al agresor, nos mantiene en el estado emocional del que nos esforzamos por salir. Sin embargo, la resistencia nos ancla En un articulo sobre el enojo publicado por la Asociación Americana de Psicología se dice: “las personas utilizan una diversidad de procesos conscientes e inconscientes para lidiar con sus sentimientos de enojo. Las tres reacciones principales son expresar, reprimir y calmarse. Expresar sus sentimientos de enojo con firmeza pero sin agresividad es la manera más sana de expresar el enojo. Para hacerlo, debe aprender cómo dejar en claro cuáles son sus necesidades y cómo realizarlas sin lastimar a otros. Ser firme no significa ser prepotente ni exigente; significa respetarse a sí mismo y a los demás. Otra manera de abordar esta reacción consiste en reprimir el enojo y después convertirlo o redirigirlo. Esto sucede cuando usted contiene su enojo, deja de pensar en ello y en cambio se concentra en hacer algo positivo. El objetivo es inhibir o reprimir su enojo y convertirlo en una conducta mucho más constructiva. El peligro en este tipo de respuesta es que no le permite exteriorizar su enojo, pudiendo quedarse en su fuero interno. El enojo que queda en su fuero interno puede causar hipertensión, presión arterial elevada o depresión”. Mientras nos mantengamos en el enojo, nuestra mente se mantendrá en la idea de hacer algo para vengarse. Con nuestras actitudes de oposición creemos hacerle daño a los demás; en realidad, nos lo hacemos a nosotros mismos. Muchas personas se niegan a fluir en la vida, a tomar su destino, a desarrollar sus talentos simplemente por enojo. Una persona poco comprometida con su crecimiento personal o, con su desempeño profesional lo hace, porque de esa forma, cree vengarse de quien considera su victimario. La dificultad para establecer relaciones exitosas tiene su origen en una expresión inadecuada del enojo. Dice un autor: “el enojo no expresado puede generar otros problemas. Puede conducir a expresiones de ira patológica como por ejemplo, conducta pasiva-agresiva (desquitarse con las personas indirectamente, sin decirles el motivo, en lugar de hacerlo de frente) o una actitud cínica y hostil duradera. Las personas que están constantemente menospreciando a los demás, criticando todo y haciendo comentarios cínicos, no han aprendido a expresar su enojo de manera constructiva”. Dentro de la dinámica familiar hay una causa del enojo que tiene su origen en la creencia en el abandono, papá o mamá no estuvieron presentes y disponibles para el hijo. Dice Janeth Franco terapeuta de familia: “me enfurezco o enojo porque me doy cuenta de que no he tomado lo que hubiera podido o tenido que tomar, que no he exigido lo que hubiera podido o tenido que exigir, o que no he pedido lo que hubiera podido o tenido que pedir. En vez de imponerme y tomar o conseguir lo que me falta, me enfurezco o enojo con las personas de las que no tomé o a las que no exigí o pedí, aunque hubiera podido o tenido que tomar, exigir o pedir. Esta ira sustituye el actuar y aparece como consecuencia de los actos omitidos.