La libertad del espíritu
Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

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La Filosofía, en primer lugar y, después, la psicología consideran que todo lo que regula nuestra existencia esta basado en pensamientos, sentimientos y acciones. Nuestras acciones son el resultado de la interacción de nuestro sentir y pensar. La discusión sobre que es primero, el pensar o, el sentir cada día va encontrando mayor claridad. Hoy, hay más consenso para afirmar que nuestros pensamientos están sustentados por nuestras emociones. Lo que éstas dos funciones del alma determinan se convierte en acción. Mientras no seamos conscientes de la emoción que sustenta nuestro sentir y pensar con dificultad vamos a poder transformar nuestras actuaciones. Entrar en contacto con nuestras emociones es una de las tareas más difíciles que tenemos en el camino de crecimiento personal. Sobretodo, porque lo que expresamos sólo es, como dicen los especialistas, nuestro sentimiento secundario. El sentimiento primario o emoción pura permanece escondida porque ella guarda, como un tesoro, el dolor profundo del que, si nos curamos, podemos revelar la esencia de nuestro ser. Sentirnos impotentes, desanimados, acobardados, ansiedades, etc, son, en realidad, la punta del iceberg. Lo real, lo auténtico y verdadero, permanece oculto porque nuestro inconsciente esta protegiéndonos del sufrimiento. Por Espíritu se entiende la fuerza que dirige nuestros sentimientos y pensamientos en orden al actuar. Según lo anterior, el Espíritu actúa sobre nuestro pensar y sentir. El Espíritu puede ser de rivalidad, de venganza, de acumulación, de libertad, de amor, de entrega, etc. Según la fuerza con la que entramos en conexión va a ser el Espíritu que nos guía en nuestra pensar y sentir y, éstos son los que van a determinar nuestras acciones. La fuerza que invocamos esta en consonancia directa con el dolor o, experiencia profunda que guardamos celosamente en nuestro interior. Por fuerza entendemos la capacidad de ponernos en movimiento. Saber de donde tomamos nuestra fuerza para alentar nuestro existir es de suma importancia. El otro día, escuché a una persona decir: “necesito saldar mis deudas para mantenerme tranquilo, en paz” Podríamos decir que la fuerza de la vida la toma de su deseo de vivir tranquilo; sin embargo, mirando detenidamente, nos damos cuenta que la fuerza de la vida la toma de las deudas. Siendo duros, diríamos esta persona convirtió las deudas en la fuente de la cual toma la fuerza para vivir. Dice un autor espiritual, mientras no veamos las cosas como son estaremos viendo el mundo como si fuera un sueño; es decir, como si estuviéramos dormidos. Darnos cuenta, tomar consciencia, son sinónimos de despertarse. Muchas cosas no se transforman en nuestra vida porque son la fuente de la que tomamos la fuerza para vivir, amar, luchar, etc. ¿Qué es despertarse? Dice Anthony de Mello: “es la capacidad de movernos fuera de los esquemas que tenemos. Ser capaz de saltar sobre los esquemas y mirar con ojos nuevos la realidad que no cambia. El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista, no piensa; el que piensa como musulmán, no piensa... y el que piensa como católico, tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología. Tú eres un esclavo en tanto y en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y pensado por una idea. El profeta no se deja llevar por ninguna ideología, y por ello es tan mal recibido. El profeta es el pionero, que se atreve a elevarse por encima de los esquemas, abriendo camino”. Enric Corbera dice: “nuestros sueños cambian en la medida que el soñador despierta” Jocosamente dice: el sueño pertenece al que lo sueño; por esa razón, solo el soñador tiene la capacidad de hacer que su sueño sea diferente. Un autor espiritual afirma: “lo peor y más peligroso del que duerme es creer que está despierto y confundir sus sueños con la realidad”.....