Los amó hasta el extremo

Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

“Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura”. La canción “más que amor” nos recuerda una verdad fundamental: Eres el mas bello amanecer, pintas en mi rostro una sonrisa al volverte a ver como lluvia en el desierto te impregnaste en mi. El mundo cambió desde el momento que te conocí. Somos cuerpo y alma. Todo el mundo es amor. Mírame a los ojos, mira mi corazón y deja que te diga: ¡te adoro! El momento más doloroso que el amor puede experimentar es aquel cuando, como dice el Evangelio de San Juan, “el que comparte mi pan se volvió contra mí”. Nada hay más tóxico para el amor que aferrase a la idea del deber ser del amor, en lugar de acogerlo y aceptarlo como es. Judas se ha dejado seducir por la creencia en la capacidad política de Jesús, cuando ve que el maestro no cumple sus expectativas, se deja arrastrar por pensamientos que provienen de la ideología y entrega a Jesús, desconoce el amor para darle espacio a la necesidad de ajustar la realidad a sus deseos de encontrar respuesta a las creencias que tiene de un mundo mejor.  Podemos dejarnos conducir por el recuerdo de la clase de sentimiento que experimentamos cuando alguien nos elogia, cuando obtenemos aprobación, somos aceptados, aplaudidos… Y podemos compararlos con los sentimientos que brota en nuestro interior cuando contemplamos la salida o la puesta del sol, o la naturaleza en general, o cuando leemos un libro o vemos una película que nos gusta de verdad. ¿En que se asemejan y en qué se diferencian el primero y segundo sentimiento? El primer sentimiento es producido por el hecho de ser elogiado. Dice Anthony de Mello: “estos sentimientos, del primer tipo, provienen de nuestra propia glorificación y promoción; por lo tanto, es un sentimiento mundano. En cambio, el segundo sentimiento proviene de nuestra propia realización y es un sentimiento anímico”. La vida es diferente cuando nutrimos el alma de sentimientos y pensamientos que están en consonancia con nuestra esencia. Los pensamientos erróneos sobre la vida conducen al ser humano comportamientos, actitudes y estilo de vida también erróneos. Una forma de vida en contravía de lo que somos y estamos llamados a vivir es, considerada por la espiritualidad como una vida impura. En otras palabras, alejada del circulo de la santidad. La diferencia entre pureza e impureza no es de cuestión moral sino cognitiva y experiencial. “A todo aquel que ves, o bien lo ubicas dentro del santo círculo de la Expiación o bien lo dejas afuera, juzgándolo como que merece ser crucificado o redimido. Si lo incluyes dentro del círculo de pureza, descansarás allí con él. Si lo excluyes, te quedas afuera con él. No juzgues, excepto desde una quietud que no emana de ti. Niégate a aceptar que alguien pueda estar exento de la bendición de la Expiación y condúcelo a ésta bendiciéndolo”. Según Carl Gustav Jung: “confrontar a una persona con su propia sombra es mostrarle su propia luz”. La expiación consiste en corregir los errores que nos han conducido a una vida fuera de nosotros mismos. Encontrar la luz es santificarnos. La santidad tiene que ser compartida, pues en ello radica todo lo que la hace santa. La visión correcta de la vida y de las cosas que nos rodean no excluye a nadie. 

Visit the podcast's native language site