¿Pensar con la mente de Dios?

Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

Lina llega acompañada de su padre, del esposo y de una enfermera. Camina lentamente, como si la vida fuera un peso difícil de soportar. Todo en la casa temen que se quite la vida. Lleva diez  meses sumida en la depresión. El psiquiatra le hablo a la familia de depresión severa e ideación suicida. Ella es la única hija. Sus padres están llenos de miedo ante la posibilidad de perderla. Después de entrar en confianza logró enterarme de lo qué sucede en la profundidad del alma. Mientras escuchaba a Lina, recordé el texto de Thomas Moore “los dones de la depresión”. El autor señala: “Hay pensamientos y sentimientos que parecen emerger solamente en un estado anímico sombrío. Si lo suprimimos, suprimiremos también esas ideas y reflexiones. La depresión puede ser un canal tan importante para los sentimientos  negativos valiosos como pueden serlo las expresiones de afecto para las emociones del amor. Los sentimientos amorosos dan origen naturalmente a gestos de afecto. De la misma manera, el vacío y la grisura de la depresión movilizan una forma de conciencia y una expresión de los pensamientos que de otra manera permanecen ocultas bajo la pantalla de estados anímicos más alegres. A veces una persona llega a una sesión de terapia con ánimo sombrío y dice: Hoy no debería haber venido. La semana que viene me sentiré mejor, y entonces podremos seguir”. Pero yo me alegro de que haya venido porque juntos oiremos sus pensamientos y percibiremos su alma de una manera que no es posible en los estados de ánimo alegres. La melancolía proporciona al alma una oportunidad de expresar un aspecto de su naturaleza que es tan válido como cualquier otro, pero que ocultamos a causa del disgusto que nos causan su oscuridad y su amargura”. Para Thomas Moore es importante escuchar los pensamientos y reflexiones del alma cuando anda en la oscuridad. En una ocasión, escuché a un predicador de retiros hablar de la importancia de pensar con la mente de Dios.  Según este sacerdote, estamos llamados a transformar nuestra mente, nuestros pensamientos, en lo que el llama un estilo de vida “Dios-mente”. Dejar que sea Dios quien ocupe no solo nuestra alma, nuestra voluntad sino también nuestra mente. Detrás de esta idea esta la posibilidad de acceder los pensamientos reales en los que se ocupa nuestra alma. Lo real en nuestra mente no tiene nada que ver con lo que nosotros pensamos que pensamos. Dice un autor: “de la misma manera, lo que piensas, en nada está relacionado, con la visión que tienes de la vida. No existe ninguna relación entre lo que es real y lo que tú piensas que es real. Ni uno solo de los que según tú son tus pensamientos reales se parece en modo alguno a tus pensamientos reales. Nada de lo que piensas que ves guarda semejanza alguna con la visión que guardas en tu corazón sobre tí mismo y sobre Dios”. La depresión había comenzado con un cambio de puesto de trabajo. La percepción de Lina es: “no me respetan, me tienen de un lado para otro, nadie se da cuenta de lo que valgo realmente”. Cuando llega al nuevo puesto se propone: ser la mejor líder de equipo, colaborarle al máximo a su jefe y hacer las cosas mejor que su antecesora en el cargo. Dice ella: “no quería, por nada del mundo, que el equipo de trabajo viviera la humillación que viví cuando entré a trabajar”. En apariencia no hay nada que pueda perturbar la Paz del alma y amenazar su equilibrio.

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