Soy responsable de lo que sucede en mi vida

Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

Al llegar a la casa, cuenta un hombre, encontré a mi mujer borracha, había bebido sin control, cuando le pregunté qué había sucedido me contestó: es su culpa por dejarme sola. Resulta, continua, narrando el hombre que, todo lo que sucede doloroso o, no en la vida de mi esposa me tiene como a mí como responsable. Después de escuchar el relato, me acordé de lo siguiente: todo lo que sucede responde a la ley de causa y efecto. En ningún momento estamos desvinculados de las cosas que nos suceden. El biólogo Rupert Sheldrake le aportó a la ciencia el concepto de campo de resonancia morfica que dice: “todo lo similar dentro de un sistema autoorganizado será influido por todo lo que ha sucedido en el pasado, y todo lo que suceda en el futuro en un sistema similar será influido por lo que sucede en el presente”. Si algo nos acontece ha estado presente, de alguna forma, en nuestra vida. Todo lo que no se ha resuelto, se repite una y otra vez hasta que se le dé una solución. Existe una forma particular de comportamiento llamado victimismo  que se caracteriza por la simulación de una agresión física, verbal o psicológica y responsabilizar erróneamente al entorno o, a los demás. La victimización tiene como objetivo desprestigiar al otro presentándolo ante los demás como un ser autoritario, agresivo, controlador; en otras palabras, como lo que, en realidad, no es. El victimismo es considerado una conducta patológica. La conducta victimista consiste en culpar a los demás de los sufrimientos que se padecen, de los malos resultados obtenidos o, de la infelicidad que se experimenta. En la victimización hay una incapacidad manifiesta de hacerse responsable de la propia vida, de analizar autocráticamente lo que acontece. La persona que se victimiza se reconoce fácilmente porque vive constantemente quejándose y bajo un estado de ánimo dominado por el pesimismo. Juan José Mejía nos enseña: “no podemos culpar al mundo exterior de cuanto nos ocurre, pues el mundo exterior es el espejo que refleja las energías que subyacen en nuestra naturaleza interior. Si vamos por la vida como víctimas de aquello que vemos, carecemos de una visión real de nosotros mismos. Ese comportamiento responde al juicio del ego que interpreta la vida desde el punto de vista de la separación, lo que le lleva a culpar al otro, de aquello que recibe y al mismo tiempo, pone en manos externas su salvación Atraemos a nuestra vida lo semejante a lo que está en resonancia con la emoción que guardamos en nuestro corazón y con nuestro sistema de creencias. En otras palabras, lo que vivimos y las situaciones que tenemos que resolver, de alguna forma, están en consonancia con lo que no hemos resuelto o, no nos atrevemos a mirar en nuestra vida. El victimismo nos impide tomar el timón de nuestra vida. Nuestro crecimiento está condicionado por nuestra capacidad de dejar a un lado el Ego y asumir la responsabilidad de nuestra vida y las consecuencias de nuestras decisiones, actitudes y comportamientos.  Tenemos la capacidad creadora de elegir, no estamos a merced de nuestros impulsos y de nuestras heridas emocionales. Cuando miramos la vida llenándonos de Dios; es decir, de la visión correcta de las cosas, haciéndonos cargo de nuestras necesidades y felicidad entonces, la Voluntad divina se manifiesta con toda su fuerza e intención y nos muestra el camino hacia la libertad, el amor, al gratuidad y nos da las herramientas para dejar atrás el miedo. Dice Jesús: “Quien este libre de pecado, de error, tire la primera piedra” Pacho Carmona

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