Transformar nuestras conversaciones interiores

Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

Nuestra forma de pensar define la forma como percibimos el mundo y cómo nos podemos comportar frente a él. Los pensamientos se definen como verdaderos o falsos. Tanto los pensamientos verdaderos como falsos crean el mundo a su semejanza. Es decir, la verdad crea verdad y la falsedad, mentira. Resulta imposible que, para quien crea mentira, que se pueda vivir bien y feliz. Los pensamientos contribuyen a crear una vida auténtica, que nos permite desarrollar nuestro potencial o, encerrarnos en la ilusión y en la creencia de que las cosas son como las imaginamos.  Los pensamientos nunca son neutrales. La confianza, el miedo, el amor y la angustia nacen de la forma de pensar. Detrás de la ira, el deseo de irse de un trabajo, de una relación o, un lugar está un pensamiento sustentando e impulsando nuestro actuar. Nunca he visto a un pensamiento verdadero crear conflicto. En cambio, sí he visto a muchos pensamientos falsos destruir grandes empresas, relaciones, sueños. Estar habitados por pensamientos verdaderos nos permite encontrar soluciones diferentes y varias alternativas a las situaciones que vivimos. Los pensamientos nos pueden ayudar a transformarnos o, también a martirizarnos, confundirnos y enfermarnos. En el Evangelio, se describe como endemoniados a los que viven atormentados con sus pensamientos. Nos dice que estas personas se vuelven violentas, van por el mundo sin sentido y dando fuertes gritos. No encuentran paz en su alma y tampoco en sus relaciones donde todo el tiempo están amenazando con terminar. Nos dice también que, una vez que encuentran la paz, dejándose sanar por una fuerza mayor, encuentran dentro de sí mismos una fuerza que no solo los ayuda a regresar serenos a las relaciones sino también para dar testimonio del poder que tiene dejarse abrazar por el amor. Los pensamientos que se vuelven autodestructivos para el alma son aquellos cuyo contenido nos refuerza nuestras creencias “no soy valioso, no le importo a nadie, estoy solo en este mundo, hay un tiempo para todo y para todos, menos para mí, etc”. Antes que ayudarnos a ver la Unidad del Todo y de nosotros mismos, nos hacen sentir pecadores, vulnerables y despreciables. Cuando el resultados es el sufrimiento lo que albergo no proviene de Dios; por el contrario, son la expresión de que he “caído en tentación y no me siento libre de todo mal”. Por lo tanto, el perdón dejó de ser una posibilidad en las relaciones. El poder de nuestra mente aun es desconocido y la fuerza que tienen los pensamientos apenas aún la estamos percibiendo. Juan Jose Mejía, haciendo referencia a la fuerza que tiene el pensamiento, dice: “todo pensamiento es una manifestación de energía, la cual se puede expresar, extendiéndose y creando, caso de los pensamientos basados en el amor, o bien, puede expresarse, proyectándose, multiplicándose y fabricando, caso de los pensamientos basados en el miedo. ¿Te estás preguntando cómo reconocer cuándo nuestros pensamientos responden a uno u otro?  "Por sus obras los conoceréis", nos enseñó Jesús, es decir, si somos incapaces de reconocer la causa de esa esencia internamente, lo podemos hacer desde los efectos, a través de la experimentación. Cuando nuestros pensamientos son de amor, siempre tienen resultados unificadores y entramos en un estado de paz y felicidad. Cuando nuestros pensamientos son de miedo, siempre tienen resultados divisorios y entramos en un estado de defensa y de ataque”. La Paz del alma se encuentra cuando somos capaces de transformar nuestros pensamientos y permitirnos entender que, la sabiduría divina, la inteligencia creadora busca nuestro buen y desea nuestra felicidad y que todo lo que se opone a este propósito proviene d una fuente diferente a Dios. 

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