Vivo feliz pero la vida me parece inútil
Conexión Interior-Ps. Francisco Carmona - A podcast by Francisco Carmona Romero

Categories:
En el periódico de hoy apareció la siguiente noticia: “habló el hombre que demando a sus padres porque él no les pidió nacer”. El joven de 27 años es miembro de un movimiento antinatalista. Según el joven, nació en una familia cariñosa y, aun así, considera una equivocación haber nacido y un grave error de sus padres haberlo engendrado. El periódico resalta lo siguiente: “hablé con mis padres, les dije que haberme tenido fue un error que nunca debieron haber cometido”. Sus ideas han generado un movimiento internacional llamado “por el derecho a nacer”. De acuerdo a lo anterior, los padres, antes de engendrar, deben consultar con sus posibles hijos, si desean nacer o no y si lo quieren hacer o, no en el seno de la familia que lo consulta. Según el joven, “si los padres le hubiesen consultado, habría dicho no”. Continúa diciendo el joven: “mis padres están de acuerdo con mi pensamiento y se dan cuenta de que fueron inconscientes cuando me tuvieron y quieren que corra la voz. No me arrepiento de vivir, pero preferiría no haber nacido”. Este joven dice: “Tus padres son dos personas que de los 20 a 25 años solo querían pasar una buena noche juntos, y como resultado de eso te tuvieron (...). No tienes que respetarlos por eso”. Aunque Samuel dice haber tenido una “grandiosa relación” con sus padres, cree firmemente que la razón por la que nació fue la búsqueda de placer de sus padres y no el suyo propio. Las ideas del movimiento antinatalista tienen como objetivo: “crear conciencia en los niños de que sus padres no son propietarios de sus vidas. Los niños no necesitan hacer nada por sus padres, no tienes que aceptar chantajes, no necesitan escucharlos si no quieren, pero si ustedes sienten que tienen que hacerlo, háganlo”. Sobre su propia experiencia asevera que su madre se ha hecho consciente, y ha pensado que si lo hubiera pensado mejor quizá no lo habría tenido. Samuel se dirige a las parejas infértiles con el siguiente mensaje: “nadie debe sentirse incompleto por no poder engendrar. Los niños no son un requisito indispensable en la vida, son un requisito social. Lo peor que le puede pasar a un niño son los padres. Los padres al tener hijos están añadiendo elementos al calentamiento global, están contribuyendo para que ese niño se convierta en un criminal, o víctima de un criminal”. Mi primer movimiento al leer la noticia fue querer rasgarme las vestiduras, el segundo reírme y descalificar al joven, el tercero enjuiciar al mundo. Finalmente, me dije: si esta voz aparece en el mundo es porque el mundo necesita escucharla antes que, acallarla. Este joven ha tenido el valor de ponerle volumen a los pensamientos y sentimientos escondidos de muchas personas. Para mí, la importancia de dedicarle unos minutos de reflexión a este artículo corresponde a un llamado, que mueve mi labor cada día, de trabajar por la reconciliación con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Reconozco que no soy el mejor en esta área y, en ocasiones, más de las que quisiera, no logro ese objetivo en mi vida. Sin embargo, el que no lo logré no me desanima; al contrario, se convierte en la voz que me llama para seguir fiel en la tarea. Solo esa constancia va permitiendo que pueda ir dando pasas firmes cada día. A diario encuentro personas que viven sumergidas en el reproche a sus padres, a su pareja, a sus jefes, a Dios, a la vida. Los argumentos que este joven expone en el periódico, los he escuchado muchas veces y, creanme, no precisamente de jóvenes sino de hombres y mujeres mayores de cincuenta años. Esos comentarios lo he escuchado en el confesionario, en la consulta, en los talleres, en restaurantes. Solo que se dicen en voz baja y con un orgullo tremendo. También con frecuencia encuentro padres que creen que sus hijos tienen toda la razón al estar enojados y reclamando como lo hacen. ...